Apareces.
Hay veces en que me cuesta bastante encontrarte. No entiendo dónde te refugias de tanta bruma, de tanta agitación. ¿Siempre fue así? Estoy casi seguro de que no. Mirarte en fotografías es como si me pusiera frente a alguien distinto, alguien que supuestamente me habitó y definió mis cimientos. Dejarte a un lado ha sido el mayor de mis errores. Cuando fuiste tú el que lo inició absolutamente todo. La rutina arrebató de golpe toda posibilidad de encontrarnos, y me ha correspondido a mi hacer que ese encuentro llegue. Entendí que al final no eramos dos partes de la misma cosa. Ni siquiera dos momentos. Resultamos ser un flujo constante de emoción y dudas y entusiasmo y asombro y sorpresa y amor que aparece en el momento indicado. He tenido que aprender a cultivar el jardín que creaste. He marchitado, quebrado, ahogado plantas que no supe mantener. Y también me he visto obligado a cortar de raíz algunas otras. Semillas que sembraste porque necesitabas de ellas; aquello que algun...