Desfasado.
En un suelo que se derrumba, en donde el equilibrio se pierde y la certeza se vuelve duda, donde uno vive pagando el pasado que no vivió con un presente que hemos de pagar con lo que vivamos mañana, yo sólo quiero una pincelada de calma. Para ustedes. Cuando lo coloco todo en la balanza de la plenitud, el contrapeso se torna turbio. Mientras mi pasado hoy se ve brillante, alegre, ruidoso, alebrestado, y el futuro promete estar repleto de experiencias que excedan todas esas gratas emociones, cuando miro mi presente, se muestra desolado, lejano, abandonado, solo, rutinario, repetitivo, agobiante, triste. He ahí el cesgo, la ilusión. Nostalgia, creo que le llaman. Por supuesto que preferiría vivir las risas que me dejó el mes de abril en comparación con la taquicardia que hoy me visita, y la única manera plausible que encuentro para lograrlo ha sido reproducir una cinta inagotable de recuerdos prefabricados, maquillados e iluminados arti...